No todas las palabras fueron creadas iguales.
Algunas son fuertes (marea, sangrar, abeto) y traen a la mente multitud de imágenes y asociaciones.
Otras son débiles (aparentemente, deprisa, completo) y apenas modifican el fluir del pensamiento.
Nombres y verbos suelen ser fuertes y, si tus frases reposan en ellos, tus historias cobran vida y los personajes saltan de la página y agarran al lector por la solapa.
Adjetivos y adverbios, en cambio, suelen ser débiles y cuando abusas de ellos tus textos se vuelven lentos, pesados, borrosos, imprecisos e, igual como ocurre con la frase que estás leyendo, aburren profundamente al lector que, soñoliento y confundido, comprensiblemente se plantea dejar de leer.
Si aprendes a usar menos adjetivos tus palabras reflejarán mejor tus ideas y maravillarán al lector igual como lo hacen contigo.
Conseguirlo requiere esfuerzo (¿qué vas a colocar en el lugar de ese adjetivo?), pero merece la pena.
Aquí tienes una guía que te ayudará a lograrlo.
1. Identifica los adjetivos y los adverbios
El primer paso para usar menos adjetivos y adverbios es encontrarlos. Así que, ¿cómo vamos de gramática?
Aquí tienes un repaso relámpago:
- Los nombres designan seres: casa, perro, abrigo.
- Los verbos designan acciones: amar, lanzar, frotar.
- Los adjetivos modifican a los nombres: la casa grande, el perro viejo, el abrigo gris.
- Los adverbios modifican a los verbos (y a otras palabras): amar apasionadamente, lanzar lejos, frotar enérgicamente.
Cuando acabes de escribir una frase o un párrafo, identifica los adjetivos y los adverbios. Esto te dará un primer diagnóstico.
Aquí tienes un ejemplo de lo que te estoy sugiriendo (adjetivos en rojo, adverbios en azul):
"Los adjetivos y los adverbios, en cambio, suelen ser débiles y cuando abusas de ellos tus textos se vuelven lentos, pesados, borrosos, imprecisos e, igual como ocurre con la frase que estás leyendo, aburren profundamente al lector que, soñoliento y confundido, comprensiblemente se plantea dejar de leer."
2. No escuches los cantos de sirena: los adjetivos y los adverbios parecen bellos, pero no lo son.
Repite conmigo: "hablaba armoniosamente".
Fíjate bien: "armoniosamente".
¿No te parece bello el serpenteo envolvente con el que el "mente" arrastra a la armonía un poco más allá de lo que tenía previsto?
Cuando escribas, las palabras débiles intentarán seducirte. Y a menudo lo conseguirán.
¿Por qué?
Porqué a ti, que ves en tu cabeza aquello que quieres contar, te parecerá que ese adjetivo o adverbio lo describe perfectamente.
¿Acaso no es armoniosa su forma de hablar?, te dirás. ¿Por qué no puedo decir que "hablaba armoniosamente" si, realmente, hablaba armoniosamente?
Porque el lector no puede ver dentro de tu cabeza y decir que alguien hablaba armoniosamente, por cierto que sea, no le ayudará a sentir ninguna armonía.
Tu tarea como escritor o escritora no es decirle al lector lo que debe sentir, sino provocar en él ese sentimiento. Y eso no se consigue con adjetivos.
Cuando oigas cantos de sirena, tápate los oídos, o átate a un mástil, como hizo Ulises, pero no te dejes seducir. Evita los adjetivos y adverbios fáciles y esfuérzate en mostrar, mediante nombres y verbos, porqué su forma de hablar era armoniosa.
Stephen King
3. Elimina los adjetivos y adverbios redundantes
¿Qué tienen en común la blanca nieve, el frío invierno y las duras piedras?
Que las tres son expresiones redundantes.
Salvo excepciones, la nieve es blanca, el invierno frío y las piedras duras.
Reserva los adjetivos para la nieve azul, los inviernos cálidos y las piedras blandas y no malgastes la atención del lector con lo que ya sabe.
Algo parecido ocurre con los adverbios.
Alguien totalmente convencido está, simplemente, convencido.
Algo absolutamente perfecto es, simplemente, perfecto.
Tienes mucho que contar y la atención del lector está siempre a punto de abandonarte: ve al grano.
4. Busca alternativas para los que resistan
Una vez eliminados los redundantes, tu texto seguirá plagado de adjetivos y adverbios (los que hablan de nieves azules e inviernos cálidos).
No te rindas.
Aunque su función sea necesaria, aún puedes deshacerte de ellos y conseguir que tu frase impacte mejor al lector.
La primera alternativa es buscar un nombre (o verbo) que pueda sustituirlos:
- En lugar de "un niño pequeño" puedes escribir "una criatura".
- En lugar de "tocó dubitativamente" puedes escribir "tanteó".
- En lugar de "un niño travieso" puedes escribir "un pícaro".
- En lugar de "tocó tiernamente" puedes escribir "acarició".
Por último, si no encuentras ningún nombre o verbo que contenga la información que necesitas dar, intenta reconstruir la frase desde un ángulo distinto:
- En lugar de "tecleaba deprisa" puedes escribir "sus dedos corrían sobre las teclas"
- En lugar de "el metal brillaba" puedes escribir "el reflejo del sol, que daba de lleno sobre el metal, le deslumbró".
5. Quédate con los buenos
Los adjetivos y los adverbios no son palabras perversas que debas evitar a cualquier precio.
Debes evitar el abuso, que desafortunadamente es la tendencia natural. Pero cualquier palabra, usada con intención, puede ayudarte.
Josep Pla, un escritor catalán tan controvertido como brillante, era un maestro en el uso de los adjetivos.
No los evitaba en absoluto y, para colmo, solía utilizarlos de tres en tres.
Pero nunca los improvisaba y dice la leyenda que, en el tiempo que dedicaba a elegir uno, podía fumarse un cigarrillo.
Ahí va un ejemplo (adjetivos y adverbios en cursiva):
Josep Pla
Conclusión: usa adjetivos y adverbios cuando no tengas alternativa, pero, incluso entonces, esmérate en tu elección.
Revélate contra la pereza
Minimizar el uso de adjetivos y adverbios te costará, sobre todo al principio.
Completar tus frases con ellos te permitiría decir algo pasable con poco esfuerzo, pero si quieres que tu prosa conmueva, necesitas hacerte amigo de los nombres y los verbos. Son duros de trabajar, pero son el camino.
¿Aceptas un reto?
Cuéntame algo en la sección de comentarios. Lo que quieras. Solo una condición: no puedes usar ni adjetivos ni adverbios.
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Comentarios 67
Y sentado frente a su celular, se sorprendió del mágico mundo de la palabra.
Es cierto que el mundo de la palabra es mágico. Y también que ‘mágico’ es un adjetivo ;-)
¿Sería mejor decir: Se sorprendió con la magia del mundo de las palabras?
Me parece muy interesante mi novela es precisa a a su comentario muchas gracias
De nada Guadalupe. Ánimo con tu novela.
Mágico es un adjetivo…
…pero adjetivar con magia es cosa de maestros.
sin querer ser un soberbio
y tampoco muy objetivo,
no uso ningún adjetivo
y tampoco uso adverbio.
Hola Pepe,
¡Que escurridizos son los adjetivos y los adverbios! ‘Muy’ es un adverbio, ‘objetivo’ un adjetivo y, siendo puristas, también lo son ‘tampoco’ (adverbio) y ‘ningún’ (adjetivo), pero estos dos te los perdono ;-)
Con todo, tus líneas me han hecho reír.
Un abrazo,
Sin querer ser soberbio
Y sin ser objetivo,
No uso adjetivo alguno
Ni empleo adverbio.
El día transcurrió entre un carrusel de emociones
Perfecto. Pero me he quedado con ganas de saber más. ¿Cómo sigue este párrafo? ¿Cuáles fueron las emociones de las que hablas? Empezarás a notar la fuerza de los nombres y lo verbos cuando logres escribir párrafos enteros apoyándote en ellos.
Tus palabras iluminan mi mente y las ideas fluyen. Gracias! (Becker tiembla conmigo jajjajaj) Buen jueves!
¡Bécquer está aterrado! ;-)
Un abrazo,
Carles
Reducir los advervios y adjetivos requiere esfuerzo pero la lectura fluye como el arco del violín en manos del virtuoso. (¿¡Lo logré!?) Gracias por la lección.
¡Bravo!
Muy cierto, además. Evitar adjetivos y adverbios dificulta la escritura, pero facilita la lectura.
Un saludo
En la escritura y lectura redundar opaca, discernir coopera, e inferir satisface.
Buen ejemplo Nelly.
Habrás visto, en tu ejemplo y en los de los demás, que obligarse a no utilizar adjetivos ni adverbios suele producir textos un tanto rígidos. Esto es un ejercicio y no hay problema en ello, pero, como comento en el artículo, en un texto real la prioridad es siempre la fluidez y la claridad. Si eso pasa por añadir adjetivos, adelante.
Muy interesantes tus apreciaciones gramaticales amigos. Muchas gracias
«Y permaneció en el espigón, en silencio, observando el horizonte, hasta que el barco desapareció en la lejanía, acompañando a los rayos del día que quedaban por sucumbir. No pudo olvidar ese momento en el que su vida partió con él, hacia otros lugares; aquel instante en que comprendió que no volvería a verle.»
Excelente. Una imagen nítida y potente (dos adjetivos).
Ahora bien, si el texto no fuera un juego, te recomendaría que usaras algún adjetivo: «los últimos rayos del día» hubiera sido una construcción más elegante que «los rayos del día que quedaban por sucumbir». Como ya se ha dicho, los adjetivos no son siempre perjudiciales.
quiero agradecer a Carles la tremenda ayuda que nos da al compartir, con verdaderos extraños, sus conocimientos…eres grande Carles, ya tendré tiempo para poder aprender más contigo, sigo escribiendo poesías y escritos, pero el tiempo por mi trabajo no me alcanza. infinitas gracias. me gustaria compartir tu curso «Escribir con Método». en mi pagina de facebook y no se como hacerlo?
De nada, rose. Espero que le saques provecho.
Si quieres compartir del curso, basta con compartir esta dirección https://creatividadparaescritores.com/palabras-para-tus-ideas/escribir-con-metodo/
Muchas gracias
Buenas tardes. Me anoté en el curso gratuito y me ayudó a perfeccionar mi escritura. Los mails que sigo recibiendo me resultan esenciales para continuar mi camino hacia una edición de mis novelas y cuentos sin publicar. Gracias, de sumo afecto, por las sugerencias, las ideas y los métodos que nos ofrece.
Requiere esfuerzo limitar el uso de adverbios y adjetivos, pero la lectura se vuelve comprensiva y dinámica.
Gracias, otra vez.
Muchas gracias Mariana.
Feliz escritura.
Y así fue como todo comenzó y acabó; con un sueño. Se levantó con deseos de saber qué tanto podía correr y murió sabiéndolo.
Además de evitar adjetivos y adverbios, has escrito un micro-relato. Bravo.
¿Crees que podrías pulirlo un poco más? Creo que merece la pena. Podría ser una pieza interesante.
En concreto, sería bueno aclarar porqué el sueño le hizo levantarse con ganas de correr y porqué, al morir, soñó de nuevo (por qué todo acabó con un sueño, ¿no?)
Y así fue como todo comenzó y acabó; con un sueño. Aunque creía haber logrado todo en su vida, aún sentía que le faltaba algo. Esa noche, como una respuesta a la incertidumbre que cargaba, un recuerdo de la niñez le hizo recordar su sueño de ser maratonista. Se levantó con deseos de saber qué tanto podía correr y murió sabiéndolo.; a los 101 años luego de recorrer 27 kilómetros su cuerpo se desplomó en el suelo, y soñando que cruzaba la meta su corazón se detuvo.
¡Vaya! No era eso lo que esperaba. Divertido, de todos modos. :-)
Un saludo
Lograr mantener la ilusión en los demás por aprender es algo que dominas a la perfección, permite sólo un adjetivo a esta alumna para el profesor: leería sus consejos «sabios» sin caer jamás en la pereza.
Gracias Carles otra vez.
Muchas gracias Eva. Aunque el adjetivo que has elegido me viene grande. «Útiles» es el adjetivo al que aspiro.
Un abrazo,
Carles
Disculpa, quizás no entendí el ejercicio. ¿Qué era lo que esperabas?
No, no. Lo comprendiste perfectamente. Lo único que quería decir es que esa no era el tipo de historia que me había imaginado. Un buen trabajo, en cualquier caso.
Hablamos,
Volaba con la rapidez del pájaro que creía ser, sin importarle susurros, insultos, miradas. Y desde la altura que había ganado no podía ver a los demás, y reía.
Gracias por participar. Buen ejercicio.
La metáfora del pájaro me gusta, pero no entiendo por qué no podía ver a los demás. Libre del miedo al qué dirán, ¿no debería ver a los demás aún más claramente?
Muchas gracias por tus enseñanzas y también por poner en marcha de nuevo mis neuronas:
Escuchó carcajadas tras su tartamudeo. No podía entenderlo. ¿Por qué no les gusta un trino? Desoyó la orden del maestro que le indicaba repetir la frase sin errores. Cerró los ojos, desplegó sus alas y salió por la ventana. Volaba con la rapidez del pájaro que creía ser, sin importarle susurros, risas, miradas. Y desde la altura que había ganado no podía ver a los demás, y reía.
Una colleja le devolvió a su asiento. Vio sus alas sin plumas y sus trinos le sonaron como palabras que tropezaban en su garganta. Volvía a oír los comentarios, las risotadas de sus compañeros de clase, los ojos que le miraban. ¿Por qué se había vuelto a transformar?
¡Yo soy un pájaro, un pájaro! -sollozaba.
Buen texto, Pati. Consigues que el lector quiera saber más sobre ese niño.
Un abrazo,
Carles, me sirvió la lectura sobre verbos y adverbios. Iré suprimiendo a ambos de mis escritos. Abrazo
Genial Miryam. Me alegra oír eso.
Hola Carles.
Llevo bastante tiempo trabajando en una novela, y aunque la tarea se me está alargando mucho esperó crear algo que valga la pena leer.
He pasado por muchos blogs con consejos y ayudas para escritores, y he de reconocer que el tuyo es de los que me han parecido más útiles. Entre otras fallas que cometo, tiendo a recurrir mucho a los adjetivos y adverbios, así que este articulo de aquí me irá genial para mejorar.
Gracias por tus consejos ;)
De nada Alexandre. Ánimo con tu novela.
Yo siempre intento que cada una de mis frases tenga garra, que al leerlas impacten y que al entonarlas parezcan una melodia que camina al son de los sentimientos que quiero evocar.
¡Toda una declaración de intenciones!
Encantado de tenerte por aquí.
«En el reflejo escribió lo que su mente le decía…»
¡¡Que tarea difícil…!! jajaja
Pero a ponerla en práctica. Gracias Carlés, por tan útiles contenidos para los que estamos aprendiendo.
De nada. Me alegro de que te sean útiles.
Escribo palabras, sin sentido. Golpeo estructuras, desmorono certezas. Sacudo mi interior, para vaciar.
Hola Lorena,
Prueba superada ;-)
Hablas de escritura libre, entiendo. Me gusta.
Hola Carles. Gracias por tus consejos. Voy a intentarlo…
«La luz se apagó y la oscuridad lo cubrió todo. Él sabía que ella estaba allí. Podía sentirla. Olía su perfume. Pero sin verla, no podía saber si aprobaría lo que estaba a punto de hacer.
Sin embargo, mientras el resto del grupo daba vueltas tratando de solucionar el imprevisto que había interrumpido la música y la danza, él extendió sus brazos, la atrajo hacia su cuerpo y la besó.»
Interesante…
¿Y si pruebas de cambiar el orden?
“La luz se apagó y la oscuridad lo cubrió todo. El grupo daba vueltas tratando de solucionar el imprevisto que había interrumpido la música y la danza. [Él se quedó quieto]. Sabía que ella estaba allí. Podía sentirla. Olía su perfume. Pero sin verla, no podía saber si aprobaría lo que estaba a punto de hacer. [Aún y así] extendió sus brazos, la atrajo hacia su cuerpo y la besó.”
Sí! Mucho mejor! Gracias!
Excelente maestro me cautiva, espero seguir aprendiendo de ti, gracias.
Gracias, Leonor. Me alegro de que el curso te guste.
Me besas poco, dijo . Estábamos a oscuras bajo las sábanas, relajando los músculos. Estirándolos despacito. Fuera un día de no parar que comenzó al amanecer con un horario implacable. Citas, compromisos, recados, comida familiar y tarde de tareas.
Su tono de voz , esta vez, no sonaba a reproche. No supe que decir….. Poco?…puede ser, pensé….la afectividad me cuesta expresarla. Pero con ella venciera esa barrera, o eso creía. Tenía que contestar, aunque no había pregunta. Ella se había callado pero seguía despierta. Su respiración era ténue, leve, casi imperceptible. La oscuridad ocupaba toda la estancia ,solo el cabecero recibía un lígero brillo que llegaba de fuera, de la calle y atravesaba el cristal del balcón .
Gracias Carles por tus sabios consejos. Me ha resultado muy díficil sustraerme de los adverbios y adjetivos. Pero es verdad, cuanta paja. Un saludo. Estoy intentando escribir un relato.
Hola Carme,
Me alegra que hayas visto el papel que suelen tener los adjetivos: adorno superfluo.
Buen ejercicio, por cierto. Aunque se te ha colado algún adjetivo. Te dejo a ti la tarea de encontrarlos ;-)
Suerte con tu relato.
Muchas gracias, Carles.
Hola Carles, gracias por todos tus consejos, son muy útiles.
Tengo una duda. No sé si esta «ley» sobre adjetivos y adverbios se aplica por igual con independencia del público al que nos dirigimos. Quiero decir, lo último que he escrito es un cuento infantil y, revisando, he visto que tiene bastantes adjetivos (bueno, solo los justos :D).
¿En textos infantiles / juveniles aplica esta regla por igual? ¿Podemos concluir que, cuanto más joven nuestra audiencia, más adjetivos y adverbios podríamos utilizar? (sin saturar, claro).
Hola César,
En la escritura, como en cualquier otra actividad artística, lo hay leyes, solo guías. Independientemente del público, un nombre preciso (dálmata) es mejor que un nombre impreciso al que añadimos un adjetivo (perro elegante). Pero es difícil opinar en abstracto, ¿puedes copiar aquí un párrafo de tu cuento?
Se acercó a la orilla y se refrescó la cara en el agua. Levantó la vista y descubrió un flamenco albino en medio de la corriente. El flamenco la miraba arqueando una ceja con desdén. Se sostenía sobre una pata, con el cuello muy estirado.
–Usted está perdida. Obviamente.
–Un flamenco que habla. Me extrañé del loro pero…
–Ya quisieran los loros expresarse con la mitad de la mitad de mi estilo. Incluyendo al rarito ese que se va escondiendo entre las ramas de los árboles.
–¿Cómo puede ser que hables? Debo de estar soñando. O peor, muerta… –dijo María, mirando a su alrededor.
–Obviamente no es usted muy hábil analista, ¿verdad, señorita? En su situación, no es esa la pregunta correcta… –el flamenco giró su largo cuello hasta situar la cabeza entre el cuerpo y el agua– …si me permite el comentario –añadió, y se la quedó mirando fijamente. Desde el agua saltó un pececillo plateado que el flamenco capturó con un movimiento rápido del pico. Al tragarlo se le escapó un pequeño eructo. Sonrió avergonzado.
María meditó unos segundos.
–Tienes razón. ¿Tú puedes decirme cómo llegar al aeropuerto?, ¿podrías ayudarme?
–A la primera pregunta, respondo afirmativamente. A la segunda, también. Otra cosa es si lo haré –dijo el flamenco, y se volteó para darle la espalda con tanta fuerza que su pata flojeó y casi pierde el equilibrio.
–¡Cuidado!
–Me manejo bien sobre mi propio zanco, gracias –dijo el flamenco, que dio unos saltitos con las alas separadas del cuerpo para evitar caer–. A lo mejor pongo el otro en el suelo. Pero solo porque así lo deseo.
María vio como del vientre del animal surgía la otra pata, igual de huesuda y albina, que bajó, despacito, hasta entrar en el agua.
(Para darle un poco de contexto, la protagonista, María, se encuentra con tres animales mientras intenta salir de la selva, cada uno de ellos le aporta una enseñanza; el flamenco del fragmento es el segundo, el guacamayo del que hablan, el primero).
Hola César,
Efectivamente, tu texto tiene los adjetivos justos.
Un pasaje muy divertido, felicidades. El carácter orgulloso y ligeramente ridículo de tu flamenco me gusta. Recuerda a los personajes de Lewis Carol, en Alicia en el país de las maravillas.
Si tuviera que darte alguna recomendación, te diría que dibujaras un poco más al personaje. Danos algún detalle físico más para que podamos verle mejor. Tal y como está ahora descrito ahora, por momentos se difumina la idea de que es un flamenco albino. Aunque también podría ser porque he leído solo un fragmento…
Gracias por tus palabras, me da mucha alegría que tu comentario sea tan positivo. Tienes toda la razón, es muy Lewis Carol. Me gusta su manera de sacarnos de la realidad e introducirnos en otra con su propia lógica. Aunque este cuento en concreto se me ocurrió después de leer los «Cuentos de la Selva» de Horacio Quiroga, que este año cumplen 100 años desde su publicación.
De nuevo gracias :D
Hola carles, perdon x haber llegado tarde. Hice este ejercicio a ver q ocurre. El tema es que al modificar ciertas cosas me eh encontrado con tres textos q no se cual sera el correcto para la clase. Quizas no sea ninguno.. a ver q opinas..
Aquella noche, ni el sonido estridente del tren, ni el tango sonando de fondo, ni siquiera el llanto de su madre; podian apagar su cabeza repleta de pensamientos oscuros, ya no habia pastillas que lo calmasen, ni frenos sentimentales que lo hagan dudar, estaba decidido y ebrio,la puerta sin llave. Lo que tardara en consumirse ese cigarrillo que acababa de prender, era lo que le quedaba antes de partir a un supuesto lugar mejor…………
Aquélla noche, ni el sonido del tren, ni el tango de fondo, ni el llanto de su madre. Podían apagar su cabeza llena de pensamientos, al contrario.
Ya no habia más pastillas, ni frenos sentimentales, estaba decidido, la puerta sin llave y el vaso vacío; lo que tardara en consumirse ese cigarrillo que acababa de prender, era lo que marcaba sus últimos instantes, antes de partir a un lugar mejor……….
Aquella noche no habia pastillas ni frenos sentimentales que pudieran callar su cabeza llena de pensamientos, el sonido del tren, el tango de fondo y el llanto de su madre, lo empeoraban. Estaba decidido, la puerta sin llave y la botella vacia; lo que tardé en consumirse ese cigarrillo que acababa de prender, era lo que marcaba sus últimos instantes, antes de partir a un lugar sin miedos..
Perdon por el cuelgue y gracias por este espacio de ayuda.
Sin más contexto es difícil opinar, pero yo me decantaría por la tercera opción. Es la más clara.
Cuidado con la puntuación, eso sí.
Aquí tienes una versión con algunos cambios:
«Aquella noche no había pastillas ni frenos sentimentales que pudieran callar su cabeza llena de pensamientos. El sonido del tren, el tango de fondo y el llanto de su madre lo empeoraban. Estaba decidido, la puerta sin llave y la botella vacía; lo que tardara en consumirse ese cigarrillo que acababa de prender era lo que marcaba sus últimos instantes, antes de partir a un lugar sin miedos.»
Muchas gracias por la observación. Esta pagina es muy interesante y tu aporte es exclente.
Un abrazo. Seguire intentando
Hola soy nuevo en esto de escribir y no tengo más estudios que los de EGB….te dejo esto que se me pasó por la cabeza para que me des caña …. gracias.
Escribiré borrando, las palabras que escribí…letra a letra, borraré escribiendo, hasta dejar en blanco con letras borradas, las paginas que escribi …
Me inscribí en el curso para apoyar mi estilo de escritura (académica) una vez que me topé con el buscando por la web haikus de Basho… no tengo idea de escritura, ni he aspirado a escribir ningún tipo de novela o cuento en mis últimos 35 años de vida. Por lo demás, admito que no había tenido tiempo de enchufarme a cada email del curso y se me habían empezado a acumular… y ahora, ordenando mi casilla de correos, encontré este post, quise leerlo por encimita no más, pero me cautivó hasta el olvido de todo lo demás que estaba haciendo. Quedé muy motivada a seguir el desafío. Gracias, me encanta tu estilo de mostrar con el ejemplo. Ojalá hubieran más como tú en el mundo, en las distintas esferas del Ser :)
Carlos Roselló me sentó y sobre adjetivos y adverbios me enseñó.
Yo tengo una duda (aunque parece que ya no contestas a comentarios desde el 2018). ¿El evitar adjetivos y adverbios se aplica a los narradores, o se incluyen los diálogos? Por que entiendo que la gente utiliza adjetivos y adverbios en sus conversaciones, y escribir diálogos sin adjetivos o adverbios puede resular en frases que suenan rígidas y antinaturales (creo que lo escribí sin adjetivos ni adverbios, con excepción de «rígidas» y «antinaturales», aunque no estoy seguro con el «puede…» xD).